Lo importante es escribir: Entrevista a Martín Rodríguez Arellano

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Martín Rodríguez Arellano, escritor mixe

Martín Rodríguez Arellano es un hombre con intereses vastos. Director de la Organización de Traductores, Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas (OTIGLI), también se desempeña en la abogacía, con especialidad en derecho constitucional. El día que accedió a la entrevista nos recibió en las oficinas de OTIGLI, organización que se dedica a la traducción e interpretación en lenguas indígenas a personas que no hablan español o no lo hablan en su totalidad; además de prestar servicios como el  llamado “peritajes culturales y lingüísticos” cuyo objetivo es dar a conocer a los juzgados los sistemas normativos de los pueblos indígenas, usos y costumbres o la manera en que se sanciona un determinado delito en las comunidades indígenas.

Martín no sólo se inclina hacia los quehaceres jurídicos. Originario de Cotzocón, Oaxaca, ha explorado, asimismo, el mundo de la literatura a través de su lengua materna, el mixe.

Su carrera como escritor inicia aproximadamente en el año 2001, cuando cursó el Diplomado en Literaturas Indígenas Mexicanas. A partir de ese momento, ha publicado en diversas revistas poemas y cuentos de su autoría, por ejemplo, en la revista Ce Acatl y en la revista México Indígena. Sus publicaciones más recientes son Los granos del maíz Mokpaak ayuuk ja´y miaytyaaky (2007), y el glosario titulado Términos jurídicos en lenguas indígenas (2013) en el que alternan cinco lenguas diferentes: mazateca, mazahua, mixteca, náhuatl y mixe.

De igual manera, en el año 2001, fue becario en el Diplomado en Literaturas Indígenas Contemporáneas, por parte de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas, antes financiada por la SEP, y durante el periodo 2004-2005 fue becado por el FONCA, para elaborar una antología de veinte cuentos (sin publicar).

Narrador antes que poeta, se dispuso a hablarnos de sus influencias literarias, tales como Rabindranath Tagore y Amado Nervo pero, más que nada, el cauce de la entrevista se dirigió hacia la creación literaria en mixe y sus respectivas vicisitudes, así como la perspectiva actual de las lenguas indígenas en México.

 Lo importante es escribir

Uno de los aspectos más importantes para el estudio de la literatura en lenguas indígenas mexicanas es el idioma de origen en que se conciben las creaciones. Martín Rodríguez Arellano hizo algunos comentarios al respecto.

El autor oaxaqueño considera que el público hispanohablante es el mayor receptor, principalmente el círculo académico y estudiantil, por lo que la escritura en lenguas indígenas presenta un primer filtro: el lector. Sin embargo, ese no es el problema más acuciante. La principal dicotomía se presenta en la biculturalidad del escritor, que nutre su narrativa a través de la cosmovisión de su pueblo, sus mitos y creencias, sus costumbres, y de su relación con una realidad cambiante y pluricultural. Una realidad en la que las culturas indígenas asumen un matiz distintivo frente a una sociedad masificada.

Uno usa el español, pero el pensamiento o la idea proviene de la tradición oral, de los mixes. Cuando uno piensa en lengua mixe se complica demasiado porque en la traducción no se debe perder la esencia. Se tiene que considerar el público al que está dirigido: o lo piensas en cultura mixe y o en cultura española. Si es un público joven, si es para adultos o para niños.

Bajo este paradigma, la tradición oral juega un papel de suma relevancia. La biculturalidad manifiesta en la literatura en lenguas indígenas proviene, fundamentalmente, de esta tradición oral. Martín toma en cuenta las narraciones escuchadas a lo largo de su vida por parte de la cultura mixe, con el objetivo de darlas a conocer y aportar una visión distinta de la interpretación del mundo. “Es muy importante, uno siempre está pensando en eso. En lo que le contaron, en lo que te pasó, en las historias que llegó a escuchar de los abuelos.”

Otro de los aspectos fundamentales en los que se ahondó durante la entrevista fue la traducción. Ante esto, Martín Rodríguez Arellano menciona que lo ideal es ser comprensible tanto para los lectores del mixe como del español. “Yo estoy pensando en escribir no solamente para los mixes, sino para todo tipo de público. Trato de que la gente lo lea exactamente como se dice.”

De igual manera, se abordó el tema de los alfabetos utilizados para la escritura en lengua mixe y el proceso de homogenización. Nos enfrentamos, entonces, a otro de los grandes problemas de la escritura en lenguas indígenas. Muchas de ellas coinciden en la ausencia de una regla específica que les permita a los creadores asirse a un sistema uniforme. De acuerdo con ello, el autor dijo lo siguiente.

No existe un alfabeto estandarizado. Ese es un problema porque se ha intentado fijar una forma única pero existen múltiples variantes dialectales. Lo importante ahorita no es tanto la estandarización, lo importante ahorita es escribir, ya vendrá la nueva generación que nos corrija. Los profesores nos cuadraban, decían: lo que ustedes hablan son dialectos, el idioma es el español. Así nos educaron y todo mundo dice mi dialecto, es algo natural, pues, decir mi dialecto. La vieja generación todavía me tocó a mí y los de la nueva generación, digamos veinte años apenas, ya dicen lenguas, pero fue por etapas. ¿Por qué? Porque es política de Estado, sobre todo de la post Revolución cuando ya se habla sobre indígenas.

Acerca de la vitalidad de la lengua, Martín Rodríguez Arellano afirma que la mixe sí tiene deficiencias que enmendar, y para ello se tienen que romper múltiples barreras, pero que todo esto es necesario para su preservación. Uno de esos problemas es la introducción de vocablos en español, cuando los hablantes buscan la fluidez en la conversación y no conocen las palabras exactas. El uso de neologismos, por otra parte, no es frecuente.

Una dificultad adicional que el autor observa es la resistencia por parte de la cultura hispánica para aceptar la variedad lingüística que convive en un solo sitio: México. “Estamos en una etapa en la que hay que romper la barrera, romper esa resistencia, que acepten que hay otras lenguas y que son iguales.”

Finalmente, Martin Rodríguez Arellano concluye con una opinión acerca de su responsabilidad como creador. Esencialmente, su labor como escritor radica en la lucha por visibilizar la cultura mixe. Hacer de la labor literaria un compromiso para que ni la lengua ni la cultura caigan en un proceso de extinción.

Hacer visible la cultura mixe. Esa es la meta, el objetivo, porque uno nunca deja de ser lo que es. Mi compromiso es con el pueblo, mi pueblo no se muere. Decía un poeta zapoteco: la lengua zapoteca morirá cuando muera el sol… Yo digo, la lengua mixe vivirá después de que se muera el sol, aún después de que se muera el sol.

 

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